viernes, 29 de diciembre de 2006

Siempre serás mi "Y si"

El otro día me dijiste que escribiera sobre ti en el blog… que ni siquiera te había nombrado. Tú y tus tonterías porque ya puedo imaginarte muerto de la vergüenza, con tu cara tipo “de qué vas? Yo no he dicho eso? Estas loca!” cuando leas esto. Seguro que hasta lo estás diciendo a la vez que lo lees… “Cabrona… cómo me conoce!” jiji.

Vitoriooooooo wapo!!!!!!!!!!! :-D

Ya te he dicho muchas veces lo que eres para mí, y aunque últimamente tienes tus dudas y dices y haces cosas wraras, yo sé que en el fondo sabes que es verdad. También sé que te importo más de lo que te gustaría, y es por eso los prontos que te han dado tan impropios de ti… Pero si era imposible sacarte apenas una palabra que implicase algo de calor!!! J

Hoy hace casi 9 años de aquella navidad en la que empezó todo. El Yebra, el Chuchi (jejejeje) y aquellas naves de las afueras de Alcalá que joder, no recuerdo cómo se llamaban!!!! ¿La Antigüa?. Pero sobre todo recuerdo el día de las notas…

Hace un par de semanas escribí en este mismo blog algo que hablaba de las oportunidades perdidas… Los “Ysi” los llama Fiana. Recuerdo que cuando lo leí me puse muy triste y no sabía porqué ya que soy una persona que lo doy todo… gasto todos los cartuchos… lo intento por activa y por pasiva… hasta el punto de llegar a ser incluso pesada… ridícula al apostar tanto a un solo número… Así que en teoría, no debería de ponerme triste. Creo que por norma, he hecho todo lo posible para que mis relaciones (del tipo que fuesen) saliesen adelante. Luego no hay “Ysi’s” generados por mí al menos…

Salvo contigo.... Justamente quien más me ha demostrado. Quien mejor me ha querido. Tú... Siempre estarás ahí Vitorio. SIEMPRE.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Año nuevo, página nueva...

Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin.

Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir. Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos... no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.

¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más?

Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.

Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano; todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia delante, y todos sufrirán al verte paralizado.

Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver.

Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello.

Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos, vender o dar nuestros libros. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar.

Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte.
Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del “momento ideal”. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante.
Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.

Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres.

Paulo Coelho


****

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado
que en todas partes me llaman.

La vida no vale nada
cuando otros se están matando
y yo sigo aquí cantando
cual si no pasara nada.

La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga.

La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada.

La vida no vale nada
si se sorprende a mi hermano
cuando supe de antemano
lo que se le preparaba.

La vida no vale nada
si cuatro caen por minuto
y al final por el abuso
se decide la jornada.

La vida no vale nada
si tengo que posponer
otro minuto de ser
y morirme en una cama.

La vida no vale nada
si, en fin, lo que me rodea
no puedo cambiar cual fuera
lo que tengo y que me ampara.

Y por eso, para mí,
la vida no vale nada.

(1975)

*****

GRACIAS desde el otro lado del, capitán Ahab ;-)
Lo dicho... Año nuevo, página nueva.
Si hay que hacer recuento de las cosas que ocurrieron en el 2006, "recontadas están"...
Ahora, contadores a cero again...
A vivir que son dos días, y uno nos lo pasamos durmiendo!!! ;-)