Ya te lo dije; eres mi guía, mi faro particular… Me has enseñado lo que de seguro será la lección más importante de mi vida. Me has mostrado el camino a la felicidad, y es algo que ya siempre estará presente… A pesar de que el faro haya apagado su luz, sigo viéndolo claramente… Aún te veo…
Te quiero un mundo tito.