sábado, 5 de julio de 2025

Perderte Para Encontrarme II

 “Cuando alguien, por cómo te trata, te hace sentir que la decisión adecuada sería alejarte, es una relación de la que debes salir”. 

No es una máxima, una verdad incuestionable. No es ley. Es sólo algo que ayer me resonó, me hizo pensar y se ve que se ha quedado flotando entre la nube de ideas desordenadas de mi cabeza, porque hoy vuelve a mi.

Ignorar el instinto. Oírlo, pero no escucharlo. Silenciarlo. Porque dice algo que no quieres creer. Porque duele, porque desgarra. Porque cuestiona y pone del revés tu vida y proyectos. No quieres escuchar. 

Pero sabes. Tu cuerpo te lo dice. Tus entrañas. Sal de ahí. Da igual la razón, no importa el por qué, no es relevante. Pero no es el lugar. Algo pasa, algo falla. No es lo que quieres. 

Qué difícil salir de una relación en la que hay sentimientos potentes y esperanzas. Te pones la venda, y tiras. Y sigues enamorada de la esperanza, del cambio, que no llega. 

No todo era malo. Cuando añoramos, recordamos la parte más bonita de la relación. TAN BONITA. La parte que te ha hecho apretar fuerte la venda, para poder seguir creyendo que de esperanza también se nutre una relación. 

Trabajar el autoconcepto y la tolerancia a emociones desagradables. Echar de menos no tiene que significar volver. Es que tiene que doler. Tolerar el dolor. Sostener la abstinencia. Respirar. No dura para siempre. No va a durar para siempre.

viernes, 4 de julio de 2025

Perderte Para Encontrarme I

"Te veo muy perdida"...

PERDIDA. 

Me viene una canción de Mecano... 

Mi mente empieza a vibrar
De tanto pensar
Ya no hay nada claro
En mi soledad

¿Y qué hago yo, perdida, con esta pérdida? Estoy harta de no saber gestionar nada, de que todo me supere, de que las emociones me arrastren... ¿esto es normal? ¿os sentís tod@s así con frecuencia o soy yo que, como tantas veces me repito, "estoy mal hecha"?

Estoy muy cansada. Necesito equilibrio. Necesito paz. Pero estoy tan lejos de eso... tan tan tan lejos. 

El otro día alguien que me quiere "un poquito" y bonito, me regaló un libro. "Perderte para encontrarme". "Pero Mer -me dijo- tienes que trabajarlo. Tienes que darte caña, ponerte las pilas. No te quedes en el patrón. Sal de él. Visualiza tu objetivo y todo lo que hagas, todo lo que hagas, que esté enfocado en conseguirlo". 

No sé si sabré hacer eso. No sé nada hoy. Ahora. A veces, tengo momentos de lucidez, de desbloqueo. Pero por lo general me muevo en un terreno pantanoso de desesperanza, dolor y apatía. 

Por eso tengo que aprovechar los momentos en los que mi mente funciona, para forzarme, para salir de mi zona de confort (la absoluta inacción y desgana) y moverme. Moverme me va bien. Así que voy a intentar dedicarme unos días en movimiento, a ver si consigo encontrar la fuerza para sostener el objetivo, para que aunque duela todo tanto, pueda ver con claridad y esperanza lo que tengo que hacer. Porque lo siguiente, será hacerlo. Días mejor, días peor, pero hacerlo. Salir del bucle. Salir de mi patrón. Quiero, necesito, salir de mi patrón. 

Lugo, allá voy. 









jueves, 3 de julio de 2025

La Reflexión Del Día

>>Hay que tener cuidado con las palabras. Cuando salen de la boca hacia fuera, cuando son pronunciadas, adquieren vida propia. Nos pensamos mucho que decir, como decirlo, cuando decirlo. Otras veces son las palabras las que deciden salir, solo nos queda quedarnos a observar los efectos, las ondas expansivas que generan a veces.

Porque una vez que salen, ya no pueden volverse atrás. "en realidad no quería decir eso", "no pienso eso de verdad", "no me lo tengas en cuenta, estaba enfadado/a- disgustado/a"... Pero las palabras ya han llegado a su receptor, ya han generado efectos que no pueden ser borrados, y aunque el otro pase por encima se quedan dentro, incubándose, generando palabras o silencios.

Hay palabras que no se pronuncian nunca.

Hay palabras que no se borran nunca.<<

BY ANABEL ALONSO:

https://www.instagram.com/p/DLmMnyrtKfa/?igsh=ajVlY3p6ZzJsMmtl


Aquella frase de 7 palabras. 

“Esto no es una cuenta de resultados”. 

Aquello fue el principio del fin. Aquel día, me acosté diferente. Intente revertirlo, intenté olvidar. Desgraciadamente, no se quedó solo en aquella frase. Vinieron muchas otras contra las que no pude luchar. Me ganaron la partida. Ganaron a la ilusión y la confianza. Los hundieron. Y el amor… el amor se quedó ahí, suspendido de un halo de esperanza que nunca se materializó. 

Hay que tener cuidado con las palabras. Hay que cuidar las palabras. Hay que cuidar el amor.