domingo, 21 de febrero de 2021

Intensidad


Las "romanas" siempre lo llamamos intensidad. "Somos muy intensas, ansias vivas" - decimos. Pero yo ya dudo de si el adjetivo está bien elegido. ¿Intensidad en nuestros intereses? Hablo de nuestros “másters” en alimentación saludable, productos ecológicos, blw, lactancia, cremas, telas, psicosomatización, suelo pélvico, diastasis abdominal, psicoterapeutas, productos para cualquier tipo de dolencia, aceites esenciales, colegios, escuelitas, playas molonas, protectores solares, corresponsabilidad, relaciones igualitarias, precios de la luz, cólicos, porteo, crianza respetuosa, fiebre, sueño, límites, dulces saludables, centros con piscinas de bolas, desodorantes molones, rabietas, acompañamiento, esfínteres, intolerancias y alergias, pikler, ruidos blancos,...porque no podemos quedarnos a medias, no podemos interesarnos por algo sin más. Leer un poquito y mandarlo a paseo. No. Nosotras tenemos que hacer el máster.

Pero… ¿y qué pasa cuando eso choca de frente con un carácter perfeccionista y controlador? ¿Qué pasa cuando una vez conoces algo (que se supone de lo bueno lo mejor, o de lo malo lo peor) no puedes evitar querer saberlo todo acerca de ello? ¿Qué pasa cuando al informarte no puedes evitar llevarlo a cabo milimétricamente bien? Cuando necesitas hacer las cosas al 200%. ¡Cómo vas a dejar de darle el pecho a tu peque si todos los organismos dicen que es lo mejor? ¡Cómo vas a obviar la existencia de la crianza respetuosa, con todos los males que ha traído a este mundo la tradicional? ¿Cómo no voy a estudiar con detalle todos los colegios que hay e intentar entrar en el más consciente, si ya sé el daño que puede conllevar el normalizar según qué cosas? ¿Qué pasa cuando no puedes evitar querer hacer las cosas bien?

Querer hacer las cosas bien. No puedo quedarme en el gris, da igual de la gama que sea ese gris, no lo quiero, yo necesito irme al blanco. Buffffff…. Y lo que empieza siendo algo interesante; aprender continuamente cosas nuevas, abrir tu mente, conocer nuevas mirandas y gentes, conocerte a ti misma como nunca antes (en parte porque no eres la de antes),… se convierte en tu peor pesadilla. Estrés, ansiedad, tristeza, insomnio, apatía, frustración, anhedonia, autodestrucción,… DOLOR, mucho dolor. Físico y emocional.

Estoy harta de buscar siempre la perfección en todo. Estoy agotada. Exhausta. No puedo más. Quiero ser flexible. Quiero ser capaz de relajar mis límites, mis objetivos, mis deseos e incluso mis necesidades.

Estoy hasta el coño de la crianza respetuosa, sí, me la metieron doblada con eso. Pero más hasta el coño estoy de mí y mi sistema de creencias, que no me permiten VIVIR de manera consciente. Pero no consciente de la necesidad de cuidar el planeta o de la importancia de defender la igualdad, no. Consciente de lo que pasa cada puto minuto de mi día allá donde estoy. Conectar. Conmigo. Con mi alrededor. Sentir lo que está pasando, no lo que mi neurótica cabeza me cuenta.

HASTA EL COÑO. HE DICHO.

No hay comentarios: