domingo, 22 de enero de 2012

Pérdidas y....

.... cambios de ciclo.

Nunca he tenido mucho apego a lo material... solo hay una cosa que llevaba siempre conmigo y que, por circunstancias supongo, quería y trataba como un amuleto. Sin embargo ¿lo demás? pienso que al final es solo un lastre, que te ata y coharta tu libertad de alguna manera... Lo importante en la vida, lo realmente importante, es lo que no se puede pagar con dinero... Suena a publicidad, pero es así... El amor, la salud, el cariño, la alegría, la felicidad,... Esos bienes no materiales son los que hay que de verdad perseguir, querer y luchar para que se queden con nosotros.

Sin embargo, mentiría si no dijera que cuando este verano perdí el anillo de pie, que me compré durante el erasmus en italia, aquel que cada año, como un ritual, me pongo el primer día que uso chanclas junto con la pulsetira de cascabeles, se me cogió un pellizco en el pecho...

Cuando en octubre, noté que el peso de mi muñeca era distinto, después de ¿cuántos? 15 años... Me derrumbé... me pasé toda la tarde buscando la esclava que mis padres me habían regalado por mi matrícula de honor en cou, aquella misma que se convirtió en el símbolo de mi familia unida, tras su física separación, aquella en la que ponía "mamá y papá"... aquella... Reconozco que lloré bastante, ya en la soledad de haber asumido la pérdida... y me asusté... malos presentimientos se me vinieron encima... Era mi amuleto, me protegía... mis padres me protegían... ¡¡Nunca imaginé que lo pasaría tan mal!! Aún hoy se me escapan un par (de montones) de lágrimas cuando me acuerdo de lo que significaba para mí y que la he perdido...

No fue hasta la semana pasada, tras buscar ansiosamente por todo el bar mi pendiente favorito y aceptar una nueva pérdida... cuando una amiga me dijo:

-"Las pérdidas significan cambios de ciclo, Mer".

Y casualidad o no, una semana más tarde llegó... aquí está el cambio de ciclo... nos vamos. Dejamos Málaga para comenzar de nuevo...


Adios grandes amig@s, compañer@s de oposición y de trabajo, familia, desayunos con vistas al mar, amaneceres desde mi ventana, paseos por  la arena, nanas cantadas por pavos reales, tuppers playunos, baños en septiembre, perfecta calidez,...y tantas otras... OS ECHARÉ DE MENOS.